GLOSA
ERES UN LIRIO DEL RÍO
BLANCA COMO CUAL NINGUNA,
HECHA CON RAYOS DE LUNA
Y CON GOTAS DE ROCÍO.
Al bosque me fui a buscar
el junco de tu cintura,
la rosa de tu blancura
y el agua de tu mirar.
Dejaba el río un cantar
en cada recodo umbrío
y te encontró el verso mío
en la orilla florecida,
porque a orillas de mi vida
ERES UN LIRIO DEL RIO.
Cual una garza dormida
te vi en mitad del estero,
desnuda como un lucero
y como un árbol erguida.
Sobre la sabana herida
por un puñal de la luna
-gonzalito sin fortuna-
se echaba a volar mi canto,
persiguiendo tu garganta
BLANCA COMO NINGUNA.
Yo tengo los ojos llenos
de lo que sin ver presiento:
del cálido embrujamiento
está temblando en tus senos.
Sombras de árboles morenos
se tienden en la laguna
y en la tibia noche bruna
la sabana entera siente
el embrujo de tu frente
HECHA CON RAYOS DE LUNA.
Y aunque temo, yo no quiero
escapar a mi destino:
que dé sombra en mi camino
tu blanco cuerpo altanero.
Hecho con luz de lucero,
con albas nubes de estío,
con amapolas del río,
con pulpa de pomarrosas,
con sangre y carne de rosas
Y CON GOTAS DE ROCÍO.
Miguel Otero Silva
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